22 de diciembre de 2011

Does anybody hear her?

       Luego de semejante día, se sintió agobiada y tomó unas pastillas. Pensando en los vaivenes de la vida, fue a buscar algo que ponerse antes de ir a dormir; necesitaba cambiar esos viejos pero alegres harapos por algo un poco más sobrio y acorde a su situación. Pero, por alguna razón, decidió ignorar lo que sentía y prefirió quedarse con su pijama de flores. ¿Por qué vestirse de luto para dormir? La muerte de su corazón no debía asustar a los ángeles de sus sueños. ¿Por qué asumir que ya se fue? Tal vez su corazón aún permanecía vivo, aunque ella no lo sintiera así. ¿Por qué vestir cual viuda si en verdad estoy bien? Ella siempre lo pensaba. Sí, era una chica sincera, pero amaba engañarse a sí misma, aunque en el fondo le castigara el alma.
       Mientras se dirigía a su cuarto, sintió una brisa abrazándola por la espalda. Esa fría ráfaga de viento solía visitarla en momentos que simulaban fatalismo. No sintió miedo. Cerró los ojos y, con cariño y una desdibujada sonrisa, le acarició. Estaba contenta de recibir visitas y extrañaba un abrazo así, sincero. Ese abrazo le había dicho todo lo que ella quería escuchar. Esa caricia prometía paz. Lástima que no fuera real. Lástima que haya sido sólo su deseo.
       Finalmente, pudo acostarse y comenzó a pensar. Notó que entregó su corazón antes de ver manos capaces de sostenerlo. Se apasionó por quien se quejaba de su ausencia y no supo hacérselo sentir. Pensaba mil y una maravillas, poseía infinidad de ideas a la hora de amar; pero nunca era hora de ponerlas en práctica.
       Y sin más, su amado se fue. con él, todo su interés en verse bella, ser talentosa y sentirse deseada.
Su vida había sido planeada para ser la mujer ideal.
Ahora, no encontraba razones para intentarlo.
       Cada segundo que pasaba, la brisa insistía más y resultaba la duquesa de la tentación.
       Ella tiene mucho en qué pensar; los sentimientos y los impulsos no la han llevado por buen camino hasta el momento. Sin embargo, odia ignorar lo que pide el corazón. ¿Vivir controlando tus sentimientos? Su dilema ya era otro. Su dilema se había convertido en algo más; "¿Razón o morir?", "¿Sentir o vivir?".
       Tarde o temprano, terminará en el mismo lugar. Y sí, ella siempre prefirió temprano. Pero tal vez ignora que no siempre gana quien llega primero...
- She is running a hundred miles an hour in the wrong direction -

No hay comentarios:

Publicar un comentario